Agelaioides badius

 

Nombre Común: Tordo músuco

Pertenecientes a la familia Icteridae y emparentados con los tordos su designación anterior los ponía dentro del mismo género: Molothrus, pero al no compartir su capacidad de parasitar nidos ajenos, entre otros aspectos, se lo ha puesto, como única especie en nuestro país, de un nuevo género llamado Agelaioides.. 

Mide alrededor de 18 cm de largo y presenta el vientre ceniciento, mientras que la cabeza, la espalda y la rabadilla son más oscuras, casi marrones. Sus alas son rufas y su cola es negra. No presenta dimorfismo sexual, por lo que macho, hembra y juvenil son similares. 

Suele agruparse en bandas de su misma especie o, también, con los demás tordos. Se mueve en grupos compactos mientras canta.

Frecuenta tanto montes naturales como arboledas implantadas, tanto en áreas rurales como urbanas con arboleda que supera el medio metro de altura. No le teme mucho al humano, por lo cual, generalmente, anda siempre cerca de sus viviendas. También se lo encuentra en pastizales con vegetación herbácea, principalmente gramíneas, de hasta un metro de altura, con el ochenta porciento del suelo cubierto. Como todas las aves que se benefician con la presencia del hombre, sus poblaciones son estables o se hallan en expansión y se encuentra distribuido por la mayoría de las provincias Argentinas, centro de Brasil, sur de Paraguay, en Bolivia y Uruguay.

Su alimentación se basa en granos y brotes que obtiene del suelo. Se acerca a los lugares donde se le da de comer al ganado para aprovechar los desperdicios, y también hace lo propio con las aves de corral.

A diferencia de los "verdaderos" tordos no parasita nidos ajenos, sino que suele ser víctima de ellos, en especial por el de pico corto ya que sus pichones se asemejan mucho. Anida, por lo general, en nidos abandonados de espineros, leñateros, horneros y huecos de árboles. Su interior lo recubre con materiales suaves como pajitas, cerdas y algunas plumas. Deposita cuatro huevos cremosos o verdosos con manchas oscuras. La incubación dura unos 13 días y la permanencia de los pichones en el nido es de unos 14 días. A menudo más de dos individuos atienden un nido, presentan cooperativismo. Su reproducción ha sido poco estudiada.